Regularmente cada mes, el sistema reproductivo de la mujer entra en una fase que se conoce como periodo menstrual; durante esta etapa, de no existir un óvulo fecundado, el revestimiento del útero comienza a desprenderse, provocando una hemorragia que en condiciones normales debe tener una duración de entre 4 a 6 días, siendo los primeros tres días los de mayor intensidad.

Aunque cada mujer posee su propia particularidad en cuanto a intensidad y duración, cuando el periodo menstrual se extiende más allá de los 7 días, se está en presencia de una condición que recibe el término médico de menorragia. Aunque con frecuencia no se trata de algo que deba alarmarte, si llegaras a evidenciar un periodo menstrual largo, es probable que se trate de una señal a la cual le debes prestar atención, ya que puede ser síntoma de una enfermedad.

La menorragia suele estar determinada por un periodo menstrual largo que excede los 7 días de duración y un fuerte sangrado que llega a interferir con tus actividades diarias. Esta es una condición que puede causar anemia o deficiencia de hierro. En la mayoría de los casos, un médico puede tratar con éxito las causas que provocan esta anormalidad en el periodo.

Con frecuencia un periodo menstrual abundante es provocado por el desequilibrio hormonal que causan los ciclos menstruales sin ovulación. La presencia de estos ciclos anovulatorios es común en las adolescentes que recientemente han comenzado a menstruar y en las mujeres que se acercan a la menopausia.

Algunos medicamentos, anticoagulantes o medicamentos antinflamatorios hormonales, pueden afectar el sangrado menstrual. El embarazo ectópico y los abortos involuntarios también son factores que pueden desencadenar periodos menstruales largos; del mismo modo, el periodo prolongado puede ser un efecto secundario de los dispositivos intrauterinos utilizados para el control de la natalidad.

Sin embargo, existen otras condiciones subyacentes que pueden provocar periodos menstruales largos y que requieren de atención médica; entre los que se pueden señalar:

• Los fibromas uterinos (tumores no cancerosos de la pared del útero).
• La hiperplasia endometrial, (un endometrio engrosado)
• Un trastorno de la coagulación
• Anormal funcionamiento de la tiroides
• Otros problemas glandulares
• Infecciones (gonorrea, clamidia)
• La enfermedad pélvica inflamatoria
• Quistes en los ovarios
• Los pólipos uterinos
• Cáncer